En el antiguo Egipto, los gatos
éramos dioses
gobernábamos los cielos,
reinábamos sobre la tierra.
Así que arrodíllate ante mí
¡He dicho que vengas!
Eh...Escúchame
¿Qué tal sólo un premio?
Vale, quizá un juguete.
Una bola de papel me bastaría.
No soy exigente
Bueno ¿puedes al menos rascarme
detrás de la oreja?
¿Puedes aunque sea
hacer eso?
¡Ah! ¡Oh, así!
Eres un buen esclavo
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