El Halloween que nos venden en la actualidad desde Estados Unidos, es en realidad la antigua fiesta celta de Samhain ( pronunciado "Sawen" ) pero debidamente maquillada por el marketing consumista de nuestro tiempo.
Para los celtas, Samhain (que etimológicamente significa "el final del verano" ) representaba el comienzo del invierno. Se acababa el tiempo de las cosechas. Por eso, los celtas celebraban importantes festivales para dar la bienvenida al Año Nuevo. Al anochecer de cada 31 de octubre ( ya 1 de noviembre para los celtas, pues el nuevo día arrancaba con la puesta de sol ), la costumbre era dejar comida y dulces fuera de sus casas y encender velas para ayudar a las almas de los muertos a encontrar el camino hacia la luz y el descanso junto al dios Sol, en las Tierras del Verano. En la noche de Samhain los vivos y los muertos podían comunicarse, ya que las barreras que los separaban desaparecían en aquel momento mágico. Lo bueno era que los espíritus de los antepasados podían aconsejar a los vivos sobre el futuro, pero lo malo era que también se convocaba a los espíritus maléficos. Por eeso, los druídas ordenaban encender hogueras para ahuyentar a estos últimos.
Con la romanización de los pueblos celtas ( y la evangelización de los nunca romanizados, como Irlanda ), la religión de los druídas casi llegó a desaparecer pero el primitivo Samhain, pudo sobrevivir al paso del tiempo, conservando gran parte de su espíritu y algunos de sus ritos. Con el cristianismo, esta vigilia pasó a llamarse " de Todos los santos"( en inglés: " All Hallow's Eve ), de donde va a derivar la expresión atual " Hallowe'en "
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