Raluka llegó a este país sin saber una palabra de castellano y ahora es capaz de entenderse incluso en catalán. Ya me gustaría tener un cerebro tan rápido para hablar con ella en su idioma como ella habla la mía. Se presentó un día en mi tienda con pendientes de filigranas muy bonitos que hace ella misma en su casa. Y me gustaron. Y no sólo a mí. Yo me pondría unos cada día ¿por qué no? Bueno, a veces lo hago. Porque hay días azules, verdes, rojos y amarillos, incluso violetas. Negros, no hay, por lo menos entre los pendientes de Raluka :-)