Llamadores de ángeles





A veces al amanecer, cuando no sabemos con certeza si estamos dormidos o despiertos, o a la hora del crepúsculo, cuando las sombras nos hacen dudar de nuestros sentidos, adivinamos invisibles presencias, susurros, aleteos, risas contenidas y hasta puede rozar nuestra mejilla algo que no podemos definir. Son los Ángeles, vienen, van, escuchando nuestros secretos y susurrándonos melodías. Ahora, si tal vez los perdiste en el apuro por vivir, solamente hace falta que los convoques. te sugiero te dejes acompañar por uno de esos encantadores llamadores de Ángeles, tan parecidos a los cascabeles. Pero no te olvides que a los Ángeles hay que saber escucharlos y siempre darles una mano, además de no soltarte de la de ellos. (Anónimo)









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