Un `problema y una solución

Como casi todo el mundo sabe, se ha demostrado que el té verde tiene muchas propiedades, entre ellas, ser un poderoso antioxidante y por ello está incluido en dietas para prevenir enfermedades como el cáncer; al igual que el té negro, que contiene polifenoles, lo cual lo convierte también en otro antioxidante no menos importante. Y así podríamos ir nombrando las propiedades de los otros tipos de té, pero no es ésta mi intención ahora. Lo que quiero es señalar que, así como los beneficios del té no están en entredicho, sí lo están los materiales con los que lo comercializan. Resulta que las bolsitas en las que nos venden el té y las infusiones, contienen, en la mayoría de las marcas (incluso algunas ecológicas) epiclorhidrina, un compuesto que es utilizado principalmente para la producción de resinas epoxi, el cual ha sido considerado carcinógeno. Las novedosas "pirámides" y bolsitas de plástico para infusiones,  tampoco se libran, porque pueden liberar Bisfenol A y ftalatos al entrar en contacto con el agua caliente. En fin, ¡vaya p....a! y ¡vaya contradicción!
Pero aquí va una solución simple y efectiva, que, yo primera, he puesto en práctica: La tetera de toda la vida. Además, el té sabe mejor ¿qué os parece?
Eso sí, os recomiendo, ya de paso,  que si os gusta el té, consigáis s té BIO, porque no te digo lo que lleva el que no lo es.